martes, 17 de noviembre de 2009

Estado venezolano garantiza atención y tratamiento gratuito al paciente diabético

Estado venezolano garantiza atención y tratamiento gratuito al paciente diabético

ABN
13/11/2009

Foto: Archivo, ABN.
Caracas, 13 Nov. ABN (Lena Jahn).- Considerada una enfermedad crónica y un problema de salud pública, la diabetes se ubica desde el año 2000 en el sexto lugar de causas de muerte en Venezuela; con ello, aproximadamente 7 mil personas fallecen al año.
El escenario es similar en el resto del mundo, donde el crecimiento exponencial de diabéticos permite proyectar que dentro de 30 años la enfermedad afectará a 485 millones de personas, la mayoría de ellas en edad laboral.
Desde el 2006, la Organización de Naciones Unidas declaró el 14 de noviembre como Día Mundial de la Diabetes, en un espíritu de alertar y despertar conciencia a escala universal; no obstante, Venezuela venía conmemorando la fecha desde mucho antes.

“Entienda la diabetes y tome el control” es el lema que en esta oportunidad enarbola la ONU, con el fin de que la gente maneje más y mejor información acerca de esta enfermedad que impide la correcta utilización del azúcar que consumimos, tanto la que añadimos al café como los carbohidratos que incluyen ciertos alimentos, los cuales son convertidos en glucosa por nuestro cuerpo.

Naturalmente, cuando no existen patologías de base, la hormona insulina permite la entrada de la glucosa en las células, gracias al trabajo que realiza el páncreas. Cuando éste falla, la producción de insulina es deficiente y/o insuficiente, lo cual deriva en problemas de diabetes tipo 1 y tipo 2: hereditaria o consecuencia de malos hábitos alimenticios y un nocivo estilo de vida, respectivamente.

Diabetes en Venezuela
Hasta hace algún tiempo, la diabetes tipo 2 afectaba casi exclusivamente a adultos, pues se trata de una patología asociada a factores que, en teoría, requieren del paso de los años para generar consecuencias notorias.

La mala alimentación y el sedentarismo, de la mano con problemas de triglicéridos y colesterol elevados, parecían ser detonantes de alto riesgo sólo para los mayores, pero, actualmente, casi el 14% de los niños, niñas y adolescentes venezolanos menores de 15 años tienen sobrepeso u obesidad, factor desencadenante de la diabetes adquirida o tipo 2.

Así lo señala la directora técnica del Instituto Nacional de Nutrición (INN), Diana Calderón, quien atribuye la aparición de este padecimiento a temprana edad a la falta de actividad física y al consumo excesivo de azúcares en bebidas gaseosas, chucherías y comida chatarra.
Por su parte, la coordinadora nacional del Programa de Salud Endocrino-Metabólica del Ministerio del Poder Popular para la Salud, Loida de Valera, explica que si bien en Venezuela no existen estudios de prevalencia a nivel nacional, la Organización Panamericana de Salud calculó, en el 2001, que cerca del 6% de la población mayor de 20 años padecía diabetes tipo 2.

La Federación Internacional de Diabetes estimó, en el mismo período, que la diabetes tipo 1 afectaba a cerca de 10 mil venezolanos. En ambos casos, señala Valera, las proyecciones tienden a mantenerse, con lo cual puede afirmarse que la proporción actual es igual o similar.
“A nivel de ministerio tenemos algunos sistemas de registros, Vigilancia Epidemiológica, por ejemplo, indicó que para el año 2006 un total de 116 mil pacientes se habían consultado por diabetes en establecimientos de salud de este despacho, sin embargo, sabemos que es una cifra incompleta que no abarca el resto de las instituciones de salud”, dice.
Por su parte, el programa que representa lleva un registro individualizado desde el año 2000, donde han quedado asentados de forma detallada los datos de todos los pacientes diabéticos que reciben consulta y tratamiento gratuito para contrarrestar su enfermedad.

“Cada dirección regional de este programa recoge y consolida el listado trimestral de pacientes atendidos en todos los establecimientos de salud pública de su estado, y a nivel central se unifica la información”, explica.

De acuerdo con estos datos, la cifra supera los 70 mil pacientes diabéticos atendidos; no obstante, Valera lo califica como un subregistro, debido al universo de personas que reciben asistencia médica por otras vías.

Adicionalmente, Barrio Adentro lleva un registro nacional de 118 mil 645 pacientes diabéticos, data que se cruzará con los números del Programa de Salud Endocrino-Metabólica, a fin de corregir duplicidades.

“Esto nos dará un panorama mucho más certero al menos a nivel de atención pública, datos con los que adecuaremos los cálculos para la adquisición y dotación gratuita de medicamentos”, precisa.

Cuidado al pie diabético
Atención Integral al Paciente con Pie Diabético es un subprograma del despacho sanitario, bajo la coordinación de Valera, que centra su atención en una de las secuelas más delicadas de la diabetes, muchas veces olvidada.

“Todo el mundo se enfoca en complicaciones renales y de los ojos, pero las alteraciones en la microcirculación de los miembros inferiores parecen parte de un capítulo que pocos mencionan”, dice.

La diabetes es la primera causa de amputación no traumática en el mundo, pues al menos un 10% de los enfermos tendrá, en algún momento de su vida, una afectación por úlcera en sus pies que podría complicarse.

“Al taparse los trayectos circulatorios por exceso de azúcar no asimilada el paciente va perdiendo sensibilidad de los miembros inferiores, la piel no suda y se resquebraja y existe más tendencia a infecciones, pues cualquier roce va a producir una herida que pasará desapercibida y no será curada oportunamente”, detalla.

Este subprograma, resultante del convenio Cuba-Venezuela, busca sistematizar bajo una visión multidisciplinaria el manejo del paciente con diabetes, de manera que sea evaluado no sólo por la úlcera, como signo visible, sino de manera integral: “Lo que pasa en las arterias de sus miembros inferiores está pasando en todo su cuerpo”, dice Valera.
Para este momento, 19 unidades de atención integral al paciente con pie diabético, inauguradas hace un año en nueve estados del país, han atendido a aproximadamente 12 mil personas, de las cuales 3 mil 820 han sido tratadas con un método cubano que regenera los tejidos, disminuye la sintomatología y ha reducido la tasa de amputación a menos del 1%.
En cada unidad se desempeña un especialista cubano junto a equipo médico venezolano al que debe capacitar pues, finalmente, serán galenos criollos quienes queden a cargo del manejo integral de los pacientes.
Valera adelanta que, para el año que viene, aspiran atender unas 50 mil personas en estas unidades y otras más que prevén instalar en el resto del país, lo cual requerirá un fortalecimiento de la atención primaria, donde médicos tratantes sepan qué hacer en caso de observar una úlcera que amerita curas mayores.
“Con los estudiantes de Medicina Integral Comunitaria ya tenemos una primera experiencia, ellos han formado círculos de interés en el pie diabético y llevan a cabo las pesquisas en el nivel de atención primaria, efectúan los primeros tratamientos y saben cuándo es necesario remitir un caso a las unidades”, relata.
Sostiene que la intención es articular con todos los establecimientos de salud pública, inclusive Barrio Adentro, además de unificar criterios y normativas con relación al manejo del paciente con pie diabético, de acuerdo con protocolos que no responden a caprichos del ministerio sino a estándares internacionales.
El uso de una historia única que permita denuncia obligatoria del paciente con diabetes, como se hace con enfermedades transmisibles, es otra de las metas que prevén materializar en todos los niveles de atención pública y privada, con miras a manejar una data uniforme.

Educación al paciente
En entrevista con la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN), Calderón y Valera coinciden en que el paciente diabético puede llevar una vida normal, siempre que mantenga control médico permanente.
No obstante, también comparten el señalamiento de que el principal problema de la diabetes es que cuando aparecen los primeros síntomas la enfermedad ya tiene 10 o 15 años instalada en el organismo del paciente, cuando el páncreas se ha destruido en un 75%, por lo cual la educación preventiva es una de las líneas de acción clave.
Mucha sed, constantes ganas de orinar y sensación permanente de cansancio son algunas de las señales de alarma, que combinadas con factores de propensión como la obesidad o contar con algún familiar directo con diabetes alertan a una persona para que acuda a un especialista.
Asimismo, una mujer que haya padecido diabetes en el embarazo -una clasificación poco común de esta enfermedad- tiene más probabilidades de reincidir más adelante, al igual que el bebé nacido de ese parto.
Son datos que el paciente necesita manejar y que, de acuerdo con Valera, son incluso más importantes que el tratamiento farmacológico.

“El control está en manos del paciente que asume con responsabilidad su dieta, hace ejercicio, deja de fumar y elimina, en lo posible, la ingesta de alcohol”, dice, e insta también a la automedición de azúcar en sangre, a través de un glucómetro que todo diabético debe poseer para conocer sus picos y regular sus dosis de insulina.

La insistencia reside en que son las complicaciones de la diabetes las que discapacitan: alteraciones cardiovasculares que terminan en infartos, fallas renales que envían a los pacientes a diálisis, deficiencias en la retina que se traducen en ceguera o problemas en la circulación que derivan en amputaciones.

De acuerdo con Valera, se trata de una enfermedad silente que demora mucho en reportar malestar y a la que el organismo se acostumbra. Por otra parte, en algunos casos aparecen cuadros de negación en los que las personas creen haberse curado.

“La diabetes no se cura pero sí se controla cuando la persona acepta su condición, aprende sobre la enfermedad y cumple estrictamente las indicaciones médicas, tanto farmacológicas como alimentarias”.

Prevenir para vivir
Diana Calderón, en representación del INN, habla de convertir la sana alimentación en rutina, por lo cual insta a los pacientes de diabetes a controlarse no sólo con un internista o endocrino sino también con un nutricionista.
Desmiente algunos mitos que niegan al diabético la posibilidad de comer arepa, pan, papa, pasta, yuca, maíz, arroz, entre otros alimentos necesarios en pequeñas proporciones debido al aporte que hacen los carbohidratos complejos contenidos en ellos.
En cambio, azúcares simples deben ser eliminados por completo de la dieta, lo cual incluye postres, refrescos, comida chatarra, jugos pasteurizados e incluso algunas frutas y hortalizas como cambur, zanahoria, mango, uvas y remolacha, debido a sus altas concentraciones de fructuosa.
Para obtener información personalizada, Calderón invita a los pacientes diabéticos a visitar las unidades de nutrición que el INN tiene desplegadas en cada uno de los estados, donde la consulta es gratuita.
Loida Valera, como vocera del despacho sanitario, expresa que la celebración del Día Mundial de la Diabetes debe significar un llamado a la conciencia, especialmente en Venezuela, donde muchos han pasado de la desnutrición al sobrepeso.
“Debemos cuidarnos de que la mayor accesibilidad alimentaria de la que gozamos hoy no se convierta en un arma de doble filo, por lo cual la labor educativa a nivel gubernamental no puede perder fuerza” dice.
De acuerdo con ella, vencer el sedentarismo amerita que desde el Estado se propicien espacios para que el venezolano tenga donde caminar, con un buen alumbrado y garantía de seguridad, lo cual considera elementos intrínsecos del plan nacional en materia de salud pública.
“Gubernamentalmente se han invertido mayores esfuerzos en atención al paciente diabético, pero la mira debe girar hacia la prevención y la promoción de la buena alimentación y el ejercicio, factores que reducen la aparición de otras enfermedades crónicas”, señala.
El mensaje de Calderón y Valera para conmemorar esta fecha es el mismo: tanto diabéticos como personas sanas deben mejorar su estilo de vida, en el entendido de que la promoción en salud debe ser trabajo de todos, durante todo el año.