“Juan Diablo” marcha humilde a firmar pacto con Dios
Los restos de este personaje de leyenda y experimentado buzo, recibieron cristiana sepultura en su natal población de Punta de Piedras, municipio Tubores.
Yanet Escalona
En la iglesia de Punta de Piedras el párroco de San Simón Apóstol, Ireneo Valbuena, consoló a familiares y amigos.
-En la Biblia, el mar lleva el mismo signo de la vida. La existencia transcurre entre penas y alegrías. Todos navegamos. Hay momentos de noches claras de luna llena, y también otras de oscuridad, en donde parece que nos hundimos y pedimos a Dios.
Recordó que Juan Rodríguez fue una persona generosa y dicharachera. Tuvo ocho hijos de su unión con Isolina Figueroa de Rodríguez: Anaís, Luis Felipe, Carlos, Juan Antonio, Alexander, Johan, Ronald y Ana Dolores “Lola”, quien se dirigió a los presentes agradeciendo la solidaridad y las oraciones. “Eso nos fortalece en el propósito de ayudarnos mutuamente”, agregó conmovida.
El párroco invitó a interpretar esta canción: “Sólo en el puerto de la verdad/ veo mi vida meciéndose en el mar/ no tengo playa donde atracar/ no tengo amarras/ a nadie tengo ya/ a la deriva está mi barca en el mar/ a la deriva mi vida sopla ya/ dime Señor a quién tengo que esperar/ con qué viento y con qué rumbo debo navegar/ dime Señor pescador de más allá/ si habrá un puerto donde pueda anclar.
Una vez concluidas las exequias, el féretro fue llevado en hombros hasta el paseo de los pescadores, donde los músicos Angel Tomás Figueroa “Tumbalele”, Juan Rojas, Alejandro “Pelón” Hernández y Jesús Rafael Figueroa, entre otros, entonaron canciones.
La alcaldesa de Tubores, Ventura Salazar de Rodríguez, dijo: “Nuestro pueblo está de luto. Se va Juan Dolores. Ese hombre de mar; ese hombre popular, quien conoció la solidaridad y manejó un léxico extravagante. Palabras que él mismo buscaba y a las cuales siempre daba su significado. Adiós mi compadre”.
En el sitio también la ex alcaldesa Iraima Vásquez de Marval, manifestó su pesar por la partida de este personaje. Y es que toda Punta de Piedras estaba conmovida.
Con “chispa” margariteña
El biólogo marino Juan Luis Marval, dijo que Juan Rodríguez, además de experimentado buzo, fue trovador y hombre de “chispa” margariteña.
En entrevista que en 2006 hizo a “Juan Diablo” la periodista Brigitte Hernández Escalona, ella lo describe: “Con su arpón, robusta humanidad y a bordo de su lancha Rosiris, Juan Antonio Rodríguez sale casi todos los días a faenar en las aguas de Cubagua, es ampliamente conocido como Juan Diablo en toda Punta de Piedras”.
El entrevistado dijo: “Yo siempre he practicao la pesca submarina, es lo que me fascina. Es un trabajo que he hecho por más de 50 años, de forma solitaria. Nunca salgo a pescá con nadie, principalmente porque antes no había con quién. Luego, ya me acostumbré y seguí solo. La gente me veía llegar con peces de 200 kilos y me preguntaban que cómo podía hacerlo yo solo. Les dije que son peces que se pescan solos. Cuando los tengo cazaos, los llevo a la superficie y como la manga de mi bote es baja ¡zas! los zumbo. Pero no me creyeron. Se comenzó a rumorar que yo tenía un pacto con el diablo hace como 30 años y desde entonces me llaman Juan Diablo. Así me quedé mija”, contaba sonriente.
Contó, además, que cierto día un buzo tuvo un accidente y apareció muerto. “Se regó por el pueblo que era yo. ¡Muchacha! Como pólvora se corrió la voz. Al rato empezaron a llegar coronas y gente a mi rancho, para ir a mi velorio. Cuando me vieron llegar, mija se quedaron pálidos... hasta pensarían que era una aparición. ¡Ah! Cará, pero si estoy vivo. El muerto es otro, les dije, y me eché a reír”, relataba, siempre anecdótico.
Esta vez, enero 2009, volvió a regarse la noticia de la muerte de “Juan Diablo”, pero ahora sí era verdad, y este hombre, toda una leyenda de mar, marchaba de esta tierra para firmar su pacto con Dios.
Rinden homenaje
Cae la tarde y en el paseo de los pescadores, en Punta de Piedras, varios músicos rindieron ayer un homenaje a “Juan Dolores”, como también lo conocían (por ser hijo de Doña Dolores Rodríguez). Sonaron, entonces, los instrumentos y las canciones, entre éstas la que compuso Ibraín Bracho: “...Navegando en su piragua/ mirando así el norte franco/ a las orillas de Cubagua/ desafiando el oleaje/ agudiza su mirada/ y en la punta de su arpón” lleva la fija molada/ porque dicen que mandinga/ un día le estrechó la mano/ y que le enseñó un secreto/ que nadie se lo ha confiado/ porque a veces mira el mar/ como añorando un pasado/ y dicen en Punta de Piedras/ a manera de resabio/ las penas de Juan Dolores/ no los sabe ni Juan Diablo”.
